Ser valiente va mucho más allá de no tener miedo, dicen que es la capacidad de actuar a pesar de él, es como una fuerza interior que nos empuja muchas veces sin pensarlo a tomar acción.
No se trata de ser invencible, sino de ser resiliente. Se trata de levantarse después de cada caída, de aprender de cada error y de seguir avanzando con la cabeza en alto. Ser valiente es vivir con el corazón abierto, aceptando la vulnerabilidad como una parte esencial de la vida.