Cuando tu felicidad depende demasiado de tu pareja, no es algo de lo que solemos ser conscientes y lleva tiempo desengancharnos, ya que es la misma sensación es la que experimenta un adicto con el consecuente síndrome de abstinencia.
La persona dependiente tiene tanto miedo de perder a su pareja que puede desarrollar un comportamiento muy dañino, incluidos los celos excesivos o la sumisión ilimitada, deteriorando la relación en lugar de fortalecerla; llegando a distanciarse de la familia, amigos, aficiones o descuidando el trabajo.