Todas pasamos por épocas en la vida en las que perdemos a personas que queríamos en nuestra vida para siempre, y después de un largo proceso en el que las dejamos ir, comenzamos a extrañarlas porque nos hicieron sentir algo, llenaron un vacío en nuestra vida o incluso estuvieron en momentos significativos: celebraciones, cambios, o simplemente una noche tranquila de Septiembre.
En este post me gustaría tratar un tema del que poco se habla, pero posiblemente en algún momento de tu vida lo hayas sentido o lo estés sintiendo: echar de menos a alguien, pero no quererle de vuelta.
Lo único permanente en esta vida es el cambio. Es algo inevitable.
Todo cambia, se transforma, evoluciona, desaparece, se va... incluso las personas que más amamos y nos importan.
Hay días en los que las extrañas un poco más, que aparecen a tu mente de la nada. Extrañas.
Te has ahogado tanto en ese qué pudo ser y no fue, en ese: tendría que haber hecho esto o lo otro... y te asfixias; porque no todos los "adiós" terminan en odio y en traición. Tal vez esa persona tenia hábitos que nos molestaban, sueños que no se alineaban con los nuestros, o de la nada, se acabó.
Pero he aprendido a que no hay nada malo en extrañarlos. No pasa nada por revivir el pasado, por extrañar su voz, sus mensajes, su olor, la belleza de sus ojos... o esa comodidad de saber que su presencia estaba ahí.
A medida que pasa el tiempo, entiendes que puedes extrañar a alguien y aun así saber que ya no tiene presencia en tu vida. No quieres recuperar el estrés, la inquietud, las discusiones, ese silencio con el que te castigaba... Y eres consciente de que has superado la versión del amor que requería demostrar constantemente que vales la pena.
Hay tanto poder en ser ese tipo de persona que echan la vista atrás y pese a que sigan significando algo, su recuerdo este presente de alguna manera, extrañen como les hacían sentir... no les quieres nunca más de regreso. Porque esos recuerdos por muy buenos que parecieran, están envueltos en una tranquila aceptación de que algunos capítulos tienen que terminar.
Permítete sentir esas emociones. Tienes derecho a llorar y a frustrarte. Permítete lamentar.
Lamenta la pérdida de alguien que conocías y el futuro que anhelabas, pero sé amable contigo misma. No dejes que el pasado te atormente o te haga replantearte tu forma de amar.
Extrañar a alguien es solo parte de la sanación. No tienes que olvidarlo necesariamente, solo tienes que seguir adelante con tu vida sin él/ella. De hecho, las lecciones que te enseñó y el amor que te dio siempre estarán contigo. Y creo que eso es hermoso. El día que deja de doler y se convierte en otra experiencia más, todo se siente diferente.
“A veces, el mayor acto de amor es dejar ir a esa persona que uno quiere”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario